Día 12.- Sábado 14 de Agosto:

Por la mañana tour ciudad San Cristóbal de las Casas. Luego traslado a zona de Palenque con visita previa del sitio de Toniná y las cascadas de Agua Azul y Misol Ha.

 TONINÁ (Chiapas)

 

 

Al noreste de Chiapas, al lado del río Jataté se encuentra ubicado una zona arqueológica maya llamada Toniná palabra que significa, por sus raíces tzeltales, "La casa de piedra" o “El lugar donde se levantan esculturas en piedra en honor del tiempo”.

 

El escenario dramático y singular del núcleo ceremonial de Toniná está constituido por una secuencia de siete terrazas, talladas en la pendiente abrupta de una ladera. Desde la plaza inferior, esta acrópolis aparece como una pirámide montañosa y escalonada, con templos o palacios en cada uno de los niveles. Toniná se extiende por el valle de Ocosingo rodeada, no por las exuberantes planicies de las tierras bajas, sino por los picos y los pinos de las tierras altas de Chiapas. Es uno de los pocos sitios de las tierras altas con una tradición clásica completa; mantuvo contacto cercano con el fermento cultural del centro y podría haber jugado un papel clave en el intercambio comercial de las dos zonas.

Considerado tradicionalmente como un lugar austero y militarista, los descubrimientos recientes revelan más de su vena artística, especialmente su virtuosismo en el modelado del estuco, equiparable al de Palenque, su vecino y gran rival 64.5 Km al norte. En sus numerosas estelas de piedra arenisca es aparente un estilo regional distintivo, pues todas están labradas con la técnica del bulto redondo. La distinción solemne de Toniná consiste en que posee la última fecha de Cuenta Larga en un monumento maya, marcando el fin de la civilización clásica, el 15 de Enero de 909 dC.

 

El nombre de Toniná era el que le daban las personas que habitaban sus alrededores, a finales del siglo pasado, al momento de percatarse que entre la selva tropical había evidencias de la existencia de una ciudad antigua. Contaban los abuelos que en las aguas de los arroyos se podían encontrar pequeñas figuras de jade e ídolos que eran arrastrados río abajo en temporadas de lluvia. Años después llegarían grupos de arqueólogos para comenzar las excavaciones en esa zona.

 

Situada en el noroeste del Estado de Chiapas, en la Región Selva, se halla la ciudad de Ocosingo, a la que se llega utilizando la carretera 199.El sitio arqueológico se localiza a 12 kilómetros de esta ciudad, a 115 kilómetros de Palenque y a 85 kilómetros de San Cristóbal de las Casas, en el estado de Chiapas.

 

El espacio sagrado es una enorme montaña artificial construida sobre una pequeña cordillera natural de arcilla en el norte del valle de Ocosingo, ésta fue forrada con siete enormes plataformas de piedra sobre las que se construyeron templos y palacios formando un laberinto monumental de más de 70 metros de altura. Alrededor de la gran acrópolis y por todo el valle se distribuyeron las áreas de habitación y de cultivo.

 
 

Toniná presenta una tradición escultórica de rasgos mayas, sin embargo tiene una particularidad propia, cuenta con magníficos altorelieves en piedra y estuco.

 
 

La zona tiene una larga aunque discontinua ocupación desde principios de nuestra era hasta el siglo XVI. El asentamiento cobró importancia en el año 593 d.C., fecha en que aparece la primera inscripción calendárica en piedra. En el año 805 d.C. hay evidencia de la existencia de una dinastía reinante que celebraba con monumentos en piedra los nacimientos, casamientos, victorias militares y muertes de los gobernantes; entre los más importantes está el señor “Cráneo de conejo”.

 
 

Toniná fue una potencia militar: se han encontrado representaciones de prisioneros en piedra y estuco por toda la acrópolis, incluso, los marcadores centrales del juego de pelota son dos cautivos, el más notable es un gobernante de Palenque llamado Kan Hul.

 
 

En este lapso el asentamiento prehispánico coexiste con los mayas de la ciudades clásicas de Tikal, Copán y Palenque, así como también con las postclásicas como Uxmal y Kabah de la península de Yucatán.

 
 

Con las primeras comparte la vieja iconografía de monstruos de la tierra, deidades acuáticas, aves celestes y dragones del inframundo, además participa de la nueva iconografía basada principalmente en dos símbolos: la greca espiral escalonada y Chaac, dios del agua.

 
 

Arquitectónicamente, también se observan relaciones con esos dos mundos mayas, por una parte los templos tienen los rasgos típicos de las ciudades clásicas, además de tener escaleras de adorno, como las de los templos Chenes de Campeche y la planta del Palacio Principal que tiene forma Puuc, como los de Yucatán.

 
 

Esta capital maya tuvo varios emblemas durante su historia, el espacio sagrado se conoció, cuando estaba dedicado al Noveno Jaguar del Inframundo, como el “Lugar de los Guerreros de la Estrella”; el último emblema de este periodo fue el de los cautivos celestes en tiempos del gobernante más importante de Toniná llamado Tzost Choj, “murciélago tigre”. De 805 a 901 d.C., no se han encontrado inscripciones.

 
 

En este lapso se derrumbaron todas las viejas capitales mayas. Hasta 909 d.C. aparecen nuevas inscripciones, año de la última en tierra del viejo imperio, precisamente en Toniná. Toniná sobrevive al derrumbamiento del viejo imperio maya y coexiste con los toltecas de Tula y Chichén Itzá. Después de este periodo se inicia un proceso de destrucción impresionante, se decapitan y destrozan las esculturas; la acrópolis es utilizada como necrópolis por nuevos pueblos que al enterrar a sus muertos saqueaban viejas tumbas y ofrendas, a la vez que perforaban templos y palacios.

 
 

Más de mil años después de la destrucción del espacio sagrado, el monstruo de la tierra lo ocultó casi por completo con su manto vegetal. Actualmente y después de diez años de trabajos arqueológicos, se puede caminar nuevamente por él.

 
 

Esta zona arqueológica está orientada con la primera luz del día solar más corto del año. En la parte más baja se puede apreciar la cancha del juego de pelota que era muy practicado entre los mayas y era más que un juego, era un ritual. La cancha está en la parte más baja pues ésta hacía las veces de vínculo con los muertos. Toniná fue una ciudad que fue construyéndose por ciclos. El gran conjunto de edificios está dividido en siete plataformas las cuales presentan características arquitectónicas distintas.

 
 

De las siete plataformas que constituyen la gran pirámide, sobresalen la tercera en la que se encuentra el Palacio del Inframundo; la cuarta en el que se halla el Palacio de las Grecas y la Guerra; la sexta en la que se ubica el mural de los cuatro soles, que es una especie de códice hecho en estuco que representa el mito de las cuatro eras cosmogónicas, y por último la séptima, sobre la que se levantan los templos de los prisioneros y el del Espejo Humeante, el principal en el punto mas elevado del conjunto, el mas alto de Mesoamérica.

 
 

Entre las esculturas de mayor relevancia halladas en Toniná se encuentran la de su último gobernante, Tzots Choj y, recientemente, la del conquistador de Palenque y Señor de Bonampak llamado Jaguar Sobrenatural, donde también se encontraron piezas arqueológicas que agregan 300 años mas de historia a la cultura maya.

 
 

Existen evidencias de tres dinastías que gobernaron Toniná. Esta ciudad alcanzó su esplendor entre los siglos VII y principios del X de nuestra era, momento en el que otras ciudades mayas como Palenque, Bonampak y Yaxchilán habían sido abandonadas. Se piensa que era el centro principal maya en todo el valle de Ocosingo, lugar a donde llegaban otros pueblos a rendir tributo.

 
 

Una de las principales características de Toniná es el cambio constante que se logra expresar en sus edificios. Se destruían las construcciones anteriores sobre las que se construían las nuevas estableciendo así ciclos.

 
 

Entre los mayas del México antiguo existía la creencia de que después de un período de 260 años todo se repetía, incluyendo la historia. De esta manera surgía la necesidad de conocer totalmente los ciclos calendáricos, el tiempo, el movimiento celeste. Esta situación se encuentra representada en un mural de cuatro páginas en Toniná. Cuatro como los cuatro rumbos, cuatro estaciones, entre los cuales los dioses Kukulcán y Huracán, dioses del bien y el mal, de la vida y la muerte circulan . En sus últimos años el espacio sagrado de Toniná estuvo dedicado a Huracán (conocido también en el centro de México como Tezcatlipoca).

 
 

El museo de Toniná se sitúa en el centro de una excavación que produce el efecto de que el edificio es una ruina arqueológica reconstruida y habilitada para el efecto. De esta manera hace un juego de imaginación con las ruinas de Toniná, las cuales están en el centro de una gigantesca excavación; templos, palacios, altares y canchas de juegos de pelota, cuyos trabajos de exploración y reestructuración se ilustran con elementos del Museo, donde se expone también el proceso de investigación y conservación del espacio sagrado de Toniná.

 
 

El tema principal del Museo gira en torno al poder, precisamente al poder de construir y destruir las obras propias, tanto las teóricas como las prácticas. Debido a su característica principal, que es su estado de perpetuo peregrinar, el poder crea y destruye. Este movimiento se ilustra en el Museo con el mito de los cuatro soles o eras cosmogónicas, plasmado en el mural de estuco hallado en la quinta plataforma de la Acrópolis de Toniná.

 
 

En general, el Museo repite las características esenciales de los espacios sagrados del México antiguo, los artefactos monumentales del poder que se construyeron durante más de veinte siglos. La entrada está delimitada por barreras arquitectónicas, y ya dentro dominan el espacio dos construcciones en medio de accesos restringidos adicionales; una de las construcciones mayores está dedicada a los Señores del Cielo, y la otra a los Señores de la Tierra.

 
 

En la primera, los discos de Toniná muestran la concepción del orden del universo, de la jerarquía de sus cuerpos celestes, dando cuenta de sus poderes, movimientos y ciclos; en la segunda se festeja a los representantes divinos en la tierra, los señores junto con sus dinastías advocaciones históricas y trajes rituales.