2ª ETAPA: EN LOS MONTES ARAVALLI CON SUS LAGOS

 

 

 

 

Día 11.- Domingo 10 de Agosto: Jaipur-Ajmer-Pushkar (149 Km.). Por la mañana nos iremos a Pushkar, ciudad santa, y en ruta visitaremos Ajmer, que alberga el Dargah o mausoleo del popular Santo Sufi del siglo XVIII Hazrat Khwaja Muinuddin Hasan Chisti, el Lago Ana Sagar, el Templo Nasiyan y el Arhai Din ka Jhonpra.

 

La ciudad de Ajmer se halla en el centro del Rajastán, al pie de un relieve de los Aravalli, el Taragarh (856 m). Dista 276 km de Udaipur y 140 km de Jaipur. Es un enclave comercial de cierta importancia por su posición en la NH8 (la carretera que atraviesa el Rajastán de norte a sur y llega a Delhi y Ahmedabad en el Gujarat). Desempeñó un papel estratégico en siglos pasados y los soberanos que la ocuparon la embellecieron con monumentos de interés. Pero la fama de Ajmer se debe más que nada a su condición de meta de peregrinaciones procedentes de toda la India el santuario islámico de Khvaja Muin'ud-Din Chisti maestro medieval sufi, y Pushkar, ciudad santa del hinduismo situada a unos 10 km a la orilla del lago del mismo nombre.

 

Historia: Ajmer fue la capital del poderoso clan rajput Chauham. Según la tradición la roca de Taragarh se remonta al siglo VIII y la ciudad la habría fundado Ajaipal Chauham a principios del siglo XII. El embalse de Ana Sagar se excavó durante el reinado del raja Anaji (1135-1150). En 1192 conquistó la ciudad el musulmán Muhammad de Ghor coincidiendo con la toma de Delhi. Las feroces batallas entre Muhanmad y el rey Prithviraj pasaron a la leyenda inmortalizada por Chand Bardai, bardo de la corte del soberano rajput en el Prithviraj-rasau una de las primeras manifestaciones literarias en hindi arcaico. La ciudad perteneció al sultanato hasta principios del siglo XIV. Posteriormente Ajmer volvió a formar parte de diversos reinos rajput, en particular los de Malwa y Marwar, hasta que en 1556 la conquistó Akbar y la anexionó definitivamente al imperio mogol. La decadencia de los mogol en el siglo XVIII abrió un periodo difícil para la ciudad, atacada por los reinos rajput vecinos. El maharajá Daulat Rao Scindia puso el reino bajo la "protección” británica a principios del siglo XIX. Ajmer fue un importante enclave administrativo británico donde residía el comisario jefe de la Rajputana y se creó el prestigioso Mayo College el Eton Indio para educar a los vástagos de la nobleza rajput al servicio de la burocracia británica. Tras la independencia, Ajmer fue capital del estado del mismo nombre hasta la unificación del Rajastán.

 

Visita: El lugar más interesante de Ajmer es el santuario del santo sufí Muin'ud-Din Chisti. Aparte de su valor arquitectónico, visitar este venerado lugar de culto brinda una magnífica oportunidad de observar la profunda relación de las gentes de la India con las diversas manifestaciones de lo sagrado. Después de visitar el dargah de Chisti, se va a una de las mezquitas más antiguas de la India Arhai Din ka Jhonpra. Luego se puede seguir en dirección norte y subir a la altura que domina la ciudad, Taragarh. Sólo se conservan las ruinas del antiguo fuerte, aunque subiendo por el empinado camino de escaleras (una hora y media) puede divisarse una espléndida panorámica de Ajmer y sus alrededores; incluso, cabe encontrarse con algún asceta de los que suelen retirarse a meditar aquí. De vuelta a la ciudad vieja (donde se visita el palacio de Akbar, Dalat Kana), puede tomarse un desvío al Ana Sagar, el lago de Ajmer, y descansar en el jardín de Shah Jahan, Daulat Bagh.

 

El "dargah" de Muin’ud-Din Chisti**: Las invasiones islámicas en el subcontinente indio no fueron únicamente sucesos sangrientos. Después de los nuevos soberanos, llegaron a las ciudades conquistadas representantes destacados de la corriente mística del Islam, el sufismo, e intentaron conquistar a la población india para la nueva religión con la sola fuerza de su carisma espiritual. Entre ellos, ocupa una posición destacada Muin'ud-Din Chisti. Chisti era de origen centroasiático y había nacido hacia 1141. Realizó estudios teológicos en Samarkanda y se inició en el sufismo con el gran maestro Najm ud-Din Kubra. Según la tradición, vino a la India movido por un sueño inspirado por el Profeta y se estableció en Delhi al año siguiente de que la conquistara Muhammad de Ghor en 1193. Después se trasladó a Ajmer, comenzó a impartir sus enseñanzas y su profunda espiritualidad atrajo a centenares de discípulos. Fundó la hermandad Chistiya, que sigue siendo hoy día la más importante de la India y del Pakistán. Muin'ud-Din murió en 1236 y enseguida se convirtió su tumba en lugar de culto y meta de peregrinaciones. La tumba de Chisti la mandó construir Hushang, sultán de Malwa. El emperador mogol Akbar, devoto del santo, hizo edificar la mezquita, igual que Shah Jahan al siglo siguiente.

 

Se entra al santuario por una gran puerta que da paso a un amplio patio. Aquí hay dos enormes calderos de metal (deg), donde se recogen las limosnas para los pobres. Los deg suelen llenarse de arroz para distribuirlo gratuitamente a los pobres con ocasión del urs del santo (aniversario de su muerte, entre el 1 y el 6 de rajab, séptimo mes del calendario lunar islámico), que congrega miles de peregrinos de la India y Pakistán. La generosidad proverbial de los devotos de Chisti concentra todo el año un auténtico ejército de mendigos (de los más agresivos y obstinados del país), cuyo asedio hace difícil la visita del dargah.

A mano derecha del primer patio se halla la mezquita de Akbar (1570). Se cuenta que el emperador peregrinó desde Agra para venerar la tumba del santo por haber atendido sus plegarias (por ejemplo, con ocasión de la toma de la fortaleza de Chittor). El edificio presenta la grandiosidad y armonía de volúmenes típica del estilo timúrida persa. Es una mezquita con patio; la plaza central está rodeada por un claustro con arcos y bóvedas (las arcadas norte y sur son un añadido reciente). Al oeste está la sala de oración con el mihrab y la cúpula, precedida de un imponente pishtaq. La decoración original está casi toda escondida bajo una espesa capa de cal. En el siguiente patio está la mezquita de Shah Jahan. La primera piedra se puso en 1628 en cumplimiento de un voto del emperador. Las obras terminaron en 1636. Se trata de una larga y elegante sala rectangular de mármol blanco con dos órdenes de pilastras y el mihrab en el centro. Esta forma evoca la de los diwan-i-am y se adoptó en muchas mezquitas pequeñas construidas con fines votivos por Shah Jahan. La tumba de mármol blanco de Muin'ud-Din, de planta cuadrada y con cúpula, queda en el centro del patio. El cenotafio está protegido por una verja de plata. Se pide un donativo a los visitantes y puede tocarse el manto que recubre el sepulcro para recibir la baraka (bendición) del santo.

 

Arhai Din ka Jhonpra: Algo más al norte del dargah de Chisti se levanta la Arhai Din ka Jhonpra (Cabaña de los dos días y medio), una de las mezquitas más antiguas de la India. El nombre alude a la extraordinaria celeridad de su construcción o, más probablemente, a una fiesta de esa duración que se celebraba en Ajmer ya en época preislámica. Las obras comenzaron entre 1200 y 1206 por deseo de Qutb ud-Din Aybak, quien se trasladó a Ajmer en 1197, cuatro años después de la conquista de Delhi. En su origen, superaba en tamaño a la mezquita Quwwat al-Islam de Delhi, aunque sólo se conserva la sala de oración sobre una alta plataforma cuadrada de 78 m de lado. La fachada la añadió hacia 1220 el sultán Shams ad-Din Iltumish y consta de siete arcos, siendo el central o pishtaq de 17 m de altura. Sólo se conservan las basas de los alminares que flanqueaban el pishtaq. Sobre el techo de la sala de oración, sostenido por 124 pilastras de triple fuste y 7 m de altura, hay varias cúpulas de distintos tamaños. Al igual que en Quwwat al-Islam, todas las pilastras son diferentes y proceden de templos jainíes e hinduistas.

 

Daulat Khana*: El palacio de la prosperidad es el palacio-fortaleza de Akbar, quien lo utilizó como residencia en sus frecuentes estancias en Ajmer. Presenta la simétrica armonía habitual en los palacios mogol, se halla en el centro de la ciudad y se remonta a 1570. Una puerta doble da entrada a un patio interior con torres octogonales en los ángulos. En la arquitectura pueden observarse elementos típicos indios como jharoka y chatri, aunque predomina el arco islámico. Encima de la entrada está la ventana del darshana (manifestación del soberano a los súbditos), utilizada probablemente también como divan-i-am. El patio está rodeado de salas con techos abovedados y en el centro hay un elegante bardari (pabellón de planta cuadrada con arcadas tripartitas a los lados), salas de dos plantas y una sala central de audiencias. Actualmente, el palacio es la sede del Government Museum (visita de 10 h a 16.30 h; viernes cerrado) con una exposición de piezas arqueológicas, esculturas de los siglos VI a VIII y piezas jainíes.

 

Daulat Bagh*: Shah Jahan ha pasado a la historia por los extraordinarios palacios que hizo edificar, como el Taj Mahal de Agra. También se deben al soberano mogol otras obras menores que se distinguen por su gran elegancia. Este es el caso del grupo de pabellones de mármol de orillas del

Ana Sagar, lago artificial excavado por Raja Anaji, uno de los primeros soberanos rajput de Ajmer. En realidad, fue quien precedió a Shah Jahan en el comienzo de las obras. El emperador Jahangir era un apasionado observador de la flora y fauna de la India, y las orillas del lago siguen siendo hoy día un medio interesante donde nidifican diversas especies de aves acuáticas. Shah Jahan embelleció el jardín moghul de Jahangir con espléndidos pabellones de mármol blanco, de techos planos y canalones salientes.

Estos edificios servían para resguardar a la corte que se reunía aquí para admirar el romántico espectáculo de los temporales monzónicos sobre las aguas del lago. Cabe destacar las pilastras con ménsulas sobriamente decoradas, cuya perspectiva simétrica parece casi enmarcar las alturas de los Aravalli.

 

A la llegada a Pushkar nos acomodaremos en el hotel Pushkar Palace. Después de comer haremos la visita de Pushkar, que tiene un montón de atracciones.

 

Aparte de muchos pintorescos sitios, hay mas de 400 templos, el Templo de Brahma (prohibido a los gentiles) es de tronío y único en la India. Junto al Lago Pushkar con sus Ghats, en el que quedaron las cenizas de Nehru, constituyen las dos atracciones fundamentales del pueblo.

 

Además del Pushkar Bazar (famoso sitio para comprar compras), el Templo de Savitri (dedicado a la Diosa Savitri, la esposa de Lord Brahma), el Templo jainista de Mahadeva (construido en mármol blanco muestra a Mahadeva con cinco caras), el Templo de Rangji (dedicado a Vishnu), el Templo de Varaha (dedicado al avatara  Varaha, la encarnación en cerdo del Dios Vishnu), y el Man Mahal (construido por el Raja Man Singh de Amber) son bellísimos edificios de notable famosidad en el mundo entero.

 

La India confirma a menudo su fama de tierra del paraíso. A pocos kilómetros del lugar más sagrado de los musulmanes se encuentra una de las principales metas de peregrinación de los hinduistas. La ciudad santa de Pushkar atrae riadas de peregrinos desde la antigüedad (como recogen las crónicas de los primeros viajeros; por ejemplo, el monje chino Fa-Hsien en el siglo V), al ser la sede del único gran templo de Brahma en toda la India. El propio nombre de la ciudad ("Flor de loto") se refiere a una leyenda relacionada con el dios hinduista de la creación, ya que el lago de Pushkar surgió de una flor de loto caída de las manos de Brahma; bañarse en sus aguas sagradas purifica de toda culpa. Pushkar queda a unos 11 km al noroeste de Ajmer. La estrechez de sus calles impide el paso de los vehículos, que suelen inundar las ciudades indias, de manera que la visita de esta ciudad lacustre, una meta muy popular entre turistas, viajeros y "post-hippies", resulta muy tranquila y agradable. Pero hay una época del año en la que Pushkar experimenta una auténtica metamorfosis entre octubre y noviembre se celebra una exhibición y feria de camellos (Pushkar Camel Fair; una de las mayores de Asia, con más de 50000 animales), que congrega decenas de miles de visitantes y tratantes, atraídos por las muchas actividades paralelas que se organizan por esas fechas (toda clase de competiciones entre camellos, espectáculos folklóricos, música y danza). El caos es total, puesto que la feria coincide con la Karttik Purnima, la noche de luna llena de karttik (octavo mes del calendario lunar hinduista), en la que los hinduistas consideran que las aguas del lago ofrecen el máximo poder purificador, y acuden en peregrinación desde toda la India. En esos días ( durante los cuales pueden sacarse excelentes fotografías), los precios de los hoteles se multiplican por cuatro, por lo que es aconsejable hacer la reserva con antelación suficiente.

 

Visita: La ciudad de Pushkar está situada en la orilla norte del lago del mismo nombre. La calle principal discurre en paralelo a la orilla del lago y acoge un agradable bazar que se extiende por las callejuelas adyacentes, salpicadas de pequeños templos, ashrarn y casas antiguas. Las orillas del lago son una sucesión de ghat (52 en total), las escalinatas donde se realizan las abluciones. Al tratarse de un lugar sagrado, los turistas deben descalzarse en un radio de 50 m de los ghat, abstenerse de fumar y de sacar fotografías.

 

Los 'ghat': Los principales son: al este el Varaha Ghat, llamado como la denominación de Vishnu en forma de jabalí; al noroeste el Gau Ghat (de la vaca), donde se esparcieron las cenizas de Gandhi y Nehru; y al oeste el Brahma Ghat, hacia el templo del mismo nombre. En las orillas, los turistas son asediados por brahmanes que ofician una subasta en las aguas del lago, esparciendo pétalos de flor y recitando fórmulas sagradas a cambio de una cantidad de dinero (no es aconsejable acceder a la primera petición). Quien acepte la oferta recibe un brazalete rojo (llamado nada menos que "Pushkar passport") que por lo menos le libra del acoso de otros brahmanes.

 

Los templos: Según se dice, en Pushkar y sus inmediaciones se cuentan más de cuatrocientos templos, reconstruidos casi todos tras las devastaciones operadas por Aurangzeb (1658-1707). El más importante es el templo de Brahma, único (menos lobos) dedicado en toda la India al dios creador, postergado por los más populares Vishnu y Shiva. El templo queda en una altura del extremo oeste de la ciudad. El santuario principal se alza sobre una alta plataforma pintada de verde y azul y rodeada por tres de sus lados por templetes y capillas menores. Sobre otra altura, en dirección oeste, se ve el templo de Savitri, a dos horas de camino, compensadas por la espléndida panorámica de la ciudad en medio del desierto. En una colina al este de la ciudad se levanta el templo de Gayatri. El templo de Varaha, dios-cerdo, encarnación de Vishnu, se levantó en el siglo XII. Destruido por Aurangzeb, lo reconstruyó Jai Singh II de Jaipur en 1727. El santuario presenta una rica decoración. El templo de Mahadeva es del siglo XIX. Ricamente decorado, contiene una buena imagen de mármol blanco del dios de las cinco caras. El templo de Ramavaikunth se construyó a principios del siglo XX. En él destaca especialmente la gopura (torre de tres pisos, típica de los templos hinduistas del sur del país), esculpida con imágenes de dioses por artistas del sur de la India.

 

 

 UDAIPUR