Un rasgo característico del paisaje árido de Shekhawati y de toda la región del desierto del Thar es el árbol khejri (Prosopis cinerasia), cuyas oscuras ramas nudosas y las pequeñas hojas verde oliva salpican las dunas y las llanuras arenosas todo el camino hacia Sind. Con profundas raíces, figura entre las pocas plantas que pueden sobrevivir en esta zona seca y es un recurso esencial para la subsistencia de los agricultores del norte y el oeste de Rajastán, que emplean su madera dura para arar y sus hojas como forraje para las cabras y los camellos. En Noviembre y principios de diciembre, el desierto se llena de lugareños que podan los árboles y atan mazos de khejri recién cortado para llevar a casa. Los frutos del árbol se recolectan y comen crudos (khoka), o se cocinan como verduras al curry (siangri) condimentadas con rothis, mientras que la savia (rayee), que se dice que es buena para la artritis y el dolor en las articulaciones, se utiliza para endulzar el té en invierno.
El papel fundamental desempeñado por el khejri en la economía campesina del desierto explica porqué el árbol es reverenciado como un objeto religioso por la tribu bishnoi del distrito de Jodhpur. Sus creencias llegaron al frente político en 1730, cuando el maharajá de Jodhpur ordenó a sus hombres que recogieran madera para un nuevo Palacio. A pesar de los ruegos de los Bishnoi, la tala comenzó en el pequeño pueblo de Khejadali, cerca de Jodhpur. En un acto desesperado por detener a los hombres de las hachas, Amritdevi una mujer bishnoi, se abrazó a un khejri, pero los taladores asumiendo que las órdenes del maharajá debían cumplirse hicieron caso omiso de su súplica. Ella y 362 miembros de su tribu perdieron la vida intentando proteger los bosques. Al enterarse el maharajá, reunió a sus hombres y acordó sanciones estatales para la religión bishnoi, un punto decisivo en la historia, recordado en septiembre todos los años, cuando miles de personas asisten a un festival en Khejadali. Actualmente, las hebras rojas asociadas con la diosa Lakshmi, a quien se cree que encarna el khejri del mismo modo que el peepal encarna a Vishnu, se atan a los árboles para pedir una larga vida para los esposos.
El Festival khejri de los bishnoi se ha convertido en algo polémico en los últimos años porque se afirma que es un montaje del Partido del Congreso, para procurarse un ambiente antifeudal, y al mismo tiempo los votos, entre las tribus que les son notoriamente hostiles.