4ª ETAPA: EN SHEKHAWATI (DÍAS 20 y 21)

 

Día 20.- Martes 19 de Agosto: Bikaner-Mandawa (250 Km, 4 horas)

Si no hubiera dado tiempo ayer, hoy habremos hecho de Bikaner.

Luego nos iremos a Mandawa a un lugar que hemos escogido especialmente tras revisar todos los alojamientos posibles en Shekhawati, su nombre es el Desert Resort Mandawa, se trata de un complejo formado por chozas típicas de la zona construidas alrededor de mayestática piscina y acondicionadas al gusto occidental con aire acondicionado y tiene un enorme lounge cubierto. Está situado a las afueras de Mandawa en lo alto de una gran duna del desierto del Thar, del que Shekhawati forma parte. Depende del hotel Castle Mandawa que sigue regentando el Maharajá de la zona.

 

La idea es que aquí mañana por la noche hagamos la cena de despedida de este nuestro primer viaje a la India, contrataremos grupo musical folclórico con marcha, habrá que vestirse especialmente y si os parece nos podríamos intercambiar regalos ¿Está bien?. Lo que queda de tarde lo podríamos emplear en organizar el festejo, pues este pueblo tiene fama de acogedor y hospitalario, por lo que con gran alborozo por su parte podremos contar con su ayuda en la compra y disposición de objetos y ropajes para la ocasión. ¿Qué os parece si preparamos una paella?

 

 

Día 21.- Miércoles 20 de Agosto: En Mandawa.

 

Por la mañana haremos la visita de Shekhawati con sus havelis. No sólo de Mandawa, sino también de Nawalgarh,  Jhunjhunu o Sikar. Mandawa no solo es conocida por sus havelis sino también por su Palacio-Fortaleza. La estructura del palacio nos hace recordar la importancia social y cultural que en el pasado tuvo esta región. Las havelis son el alucine en bicicleta pintado en la pared, y nunca mejor dicho, las mas importantes son la Chokhani, la Ladia, la Binsidhar Newatia, y la Gulab Rai Ladia Haveli. La Binsidhar Newatia Haveli es conocida por sus curiosas pinturas. Tiene unas pinturas del siglo XIX en la que un chico está descolgando un teléfono y una mujer europea va en un coche con chauffeur. La Gulab Rai Ladia Haveli es famosa por sus imagines eróticas, hoy muy desfasadas. Tras el almuerzo estamos libres, relax, preparativos, piscina y al final: Cena de despedida por todo lo alto.

Shekhawati

 

Más allá de las últimas ondulaciones de la sierra de Aravalli, al norte de Jaipur, se ha­lla la extensión más al este del desierto de Thar, donde los pueblecitos azotados por la arena sobreviven entre dunas y extensiones dispersas de tierra. Antes de que el surgimiento de Mumbai y Kolkata (Calcuta) y que la llegada del ferrocarril desviara el comercio del Thar al sur y al este, esta región, conocida como Shekhawati, se ha­llaba en una importante ruta de caravanas que comunicaba Delhi y Sind (ahora en Pakistán) con la costa de Gujarat. Las castas de comerciantes marwar y de terrate­nientes thakur de sus pequeños pueblos se enriquecieron gracias al comercio y a los impuestos por pasar por la zona, pero en lugar de erigir templos impresionantes y fundar instituciones religiosas, derrocharon sus fortunas en competir por la cons­trucción de havelis grandiosas, ostentosamente decoradas. Muchas han sobrevivido, y ahora su conjunto forma uno de los legados arquitectónicos y artísticos más ricos de la India: una variedad increíble de mansiones, palacios y cenotafios llenos de murales elaborados y coloristas. Realizadas entre la décadas que van de 1770 y 1930, no sólo re­presentan temas tradicionales, escenas de cuentos folclóricos e historias religiosas, animales y trajes regionales, sino también las ciudades distantes, los comerciantes y sus familias, los señores británicos del imperio y la tecnología victoriana, con todos los murales rodeados de diseños florales decorativos. Lamentablemente, hoy en día, la mayor parte está descolorida, desfigurada o incluso oculta bajo un baño de cal, pero son tantos, y los pueblos tan pequeños, que seguramente contemplará una obra de arte prácticamente en cada rincón.

 

Teniendo en cuenta la abundancia de arte tradicional en zonas alejadas de la ruta turística, algunos lugareños hablan inglés, el alojamiento es muy sencillo y hay poca comida occidental. Sin embargo, figura entre las zonas más relevantes de Rajastán: los pueblos son compactos, el aire claro y fresco, y sus habitantes aún se sorprenden encantados de ver extranjeros. De los pocos viajeros independientes que llegan hasta allí, la mayoría se queda más tiempo de lo previsto, y utiliza Nawalgarh como base para realizar excursiones de 1 día o recorridos por el desierto.

 

Sólo vamos a tratar aquí los principales pueblos, pero con la ayuda del excelente libro de Ilay Cooper “The Painted Towns of Shekhawati”, editado por Mapin en Ahmedabad y disponible en Delhi, Jaipur y Mandawa, probablemente hallará lu­gares interesantes en cualquier pueblo de la ruta. La mayor parte de los edificios son de gestión privada y muchos de ellos están habitados; por tanto, pida permiso para entrar en las casas y respete la costumbre de descalzarse antes de hacerlo.

 

Shekhawati, lleno de ruinas y matorrales semiáridos, no se convirtió en un destino turístico hasta que sus atractivos fueron divulgados en el libro “Rajasthan: The Painted Walls of Shekhavati. Los autores, Francis Wacziarg y Aman Nath, recorrieron exhaustivamente la región antes de publicar su libro en 1982. El estudio despertó de nuevo el interés por el patrimonio cultural de la región y de la rica comunidad Marwar, propietaria de las haveli pintadas.

 

HISTORIA: Los primeros en establecerse en las tierras al norte de Jaipur fueron el clan musul­mán de los khaimkani, que fundaron dos pequeños estados en Jhunjhunu y Fatehpur en 1450. Su dominio de la región acabó en 1730, cuando el rajputa Sardul Singh del clan shekawat tomó Jhunjhunu. Dos años más tarde consolidó el gobierno de Shekhawati, ayudando a su hermano (ya gobernador de Sikar) a apoderarse de Fatehpur de manos de los nawab musulmanes.

 

Aunque la zona es conocida como Shekhawati, los rajputas shekawat sólo fueron responsables de la construcción de los fuertes. La ruta de caravanas conocida como la ruta de las especias atravesaba la región en su recorrido entre China y la cos­ta de Gujarat, y fueron los mercaderes locales, los marwar, los hindúes de la casta vaisiya y los jainistas quienes construyeron las casas familiares, los templos, los bie­nes y las casas de descanso. A menudo, los marwar rivalizaron en influencia con los rajputas de la localidad, y ello condujo a que los shekawat hicieran la vista gorda e in­cluso promocionaran el bandidaje contra ellos. Como respuesta, los mercaderes for­maron una alianza con los británicos, siempre impacientes por obtener una fortaleza en esa región independiente. En 1835 y con fondos de los maharajás de Jaipur y Bikaner (a quienes los marwar también habían pedido ayuda) , se envió una fuerza pe­queña de caballería denominada la brigada Shekhawati bajo las órdenes de Henry Forster, y se estableció en Jhunjhunu para controlar a los bandidos. Así, los marwar obtuvieron la seguridad que necesitaban para construir las magnificentes havelis y, aunque muchos de ellos se trasladaron, animados por los británicos, a Mumbai, Madrás y especialmente a Kolkata, continuaron enviando sus beneficios a Shekha­wati, erigiendo estructuras elaboradas para demostrar su valor como futuros novios o simplemente como proyectos de ayuda durante épocas de hambruna.

 

Cuando los británicos abandonaron la India, varios marwar compraron sus indus­trias, y nombres como Birla y Poddar conservan su importancia en el mundo finan­ciero actual. Sin embargo, muchas familias de mercaderes han dejado Shekhawati para establecerse en los centros urbanos principales, lo que ha provocado que mu­chos de sus edificios se hayan ido deteriorando. Los habitantes de la región continú­an criando cabras y ovejas para obtener la lana, y cuidando las cosechas de trigo, mostaza y mijo de la tierra seca, mientras mantienen la artesanía tradicional: estam­pados, pintura de murales, lacado, talla de madera y trabajos en plata.

 

¿QUÉ SON LAS HAVELIS DE SHEKHAWATI?: Las magníficas casas construidas por los ricos mercaderes de Shekhawati fueron de­nominadas havelis por la palabra persa que significa «espacio cercado». Cada una, de uno a cinco pisos de altura, posee la entrada por la calle a través de enormes galerías en arco con placas grabadas o puertas de madera. En el interior se halla el atrio, don­de se recibía a los invitados. Más allá, atravesando la puerta más adornada de la casa, se llega al patio principal, donde los miembros femeninos de la familia podían vivir en purdah, resguardadas de los ojos de la calle. El atrio está rodeado por áreas de recep­ción denominadas baithak, cada una coronada por una galería donde las mujeres po­dían enterarse secretamente de los temas tratados en la sala principal, además. suele haber una ventana junto a la puerta del patio interior por donde podían ver a los visitantes. Las mansiones marwar más extravagantes disponían de hasta cuatro grandes patios, así como fachadas grandiosas y pisos superiores sostenidos por ménsulas de pie­dra. La tradición de tallar la madera de las imponentes puertas y de las contraventanas está aun arraigada, sobre todo en Churu.

 

LOS FRESCOS: La meticulosa pintura de los interiores fue realizada por artesanos de otras regiones, empleando una amplia variedad de tonos intensos, a menudo destacados con láminas de oro o de plata y diseños de espejos. Los temas religiosos, especialmente los episodios de la vida de Krishna, son comunes, y con frecuencia se representan en los dinteles de las puertas principales. Las paredes exteriores fueron decoradas usualmente por los albañiles que construyeron las havelis, empleando diseños mas vigorosos y ocres verdes, marrones y amarillos, con el toque ocasional del azul. Sin embargo, lo que mas distingue los murales de Shekhawati de prácticamente todos los demás de la India son las representaciones incongruentes y naif de maquinarias acontecimientos y modas contemporáneas que incluyen invariablemente desde escenas de soldados ingleses marchando a la batalla contra los mogoles hasta excéntricos aviones victorianos, locomotoras de vapor, automóviles y mensahibs eduardianos con grandes sombreros. Cuando fueron pintados, formaban parte de un mundo lejano que las mujeres y los pobres de Shekhawati no habían visto nunca. Los acaudalados de la región querían compartir con sus compatriotas el fenómeno extraordinario que encon­traron en sus viajes comerciales a las grandes ciudades del imperio y encargaron a los artistas que las pintaran en sus casas, incluso cuando los pintores probablemente nunca habían visto  las novedades europeas que les habían pedido que representaran.

 

PRINCIPALES HAVELIS DE LOS MARWARIS: Estas mansiones fueron construidas, principalmente entre 1860 y 1900, por los mercaderes Marwari, que se aventuraron hasta Calcuta y hasta los nuevos centros comerciales de la India. El éxito comercial trajo consigo una especie de rivalidad arquitectónica, y cada cual se afanaba en construir una haveli más suntuosa que la del vecino, decoradas con espléndidos frescos. Gradualmente, las generaciones posteriores de mercaderes Marwari y sus familias comenzaron a abandonar las haveli. En la actualidad las pequeñas localidades de Shekhawati son extrañas ciudades-fantasma llenas de espléndidas haveli (todas vacías, salvo por algún que otro vigilante solitario). Los propietarios van uno o dos días al año con motivo de alguna ceremonia familiar.

 

SAMODE: De camino hacia la región de Shekhawati, a 39 kilómetros de Jaipur, está situada Samode, con su palacio de cuento de hadas. El palacio de Samode fue construido a finales del siglo XIX por un pariente (y primer ministro) del maharajá de Jaipur. Su Rang Mahal («palacio de los colores») es una pequeña joya de la decoración, con sus paredes doradas y pintadas y sus techos con espejos. Más allá se encuentra Shish Mahal, con sus incrustaciones de vidrios y espejos y sus frisos con escenas de cacerías y durbar. El palacio ha sido transformado en un romántico hotel.

 

SIKAR: La original Biyani Haveli de Sikar, con sus pinturas azules, renueva el colorido de los frescos de Shekhawati. Esta haveli representó una nueva etapa en la rivalidad arquitectónica, porque el azul era un color tradicionalmente difícil de aplicar sobre el estuco, y sólo se lograba mediante los nuevos y costosos colorantes sintéticos importados de Alemania en la década de 1870. Los templos de Gopinath, Raghunath y Madan Mohan cuentan también con algunos frescos interesantes. El fuerte de Sikar, actualmente en ruinas, merece también una visita.

 

Khatu Shyamji


Khatu Shyamji

Localización : Khatu Shyamji es un pueblecito situado en el Danta Ramgarh del distrito de Sikar. Está a 16Km de Reengus y a 25 Kms de Danta Ramgarh.


Historia : Khatu es famoso por su Templo Shyamji (Krishna) y de ahí viene el nombre de Khatu Shyamji.


Principales Atracciones : El lugar es famoso por sus ferias, que se celebran en los meses de Phagun y Kartik, que atraen multitudes a miles. El templo de Shyamji, el Shyam Kund y un atractivo jardín el Shyam garden merecen ser visitados.

 

El festiva de Janmashtami, nacimiento de Krihna se celebra este año la noche del martes 19 al 20 de Agosto, nos pilla en Shekhawati. He buscado allí templos de Krishna y ha aparecido esto, precisamente en el distrito de Sikar.

 

 

 

NAWALGARH: En Nawalgarh hay una de las mayores concentraciones de haveli de todo Shekhawati. La Ath Haveli («Ocho haveli») es interesante por sus frescos de influencia europea. Las haveli más majestuosas son quizá la de Chhawchhariya y la de Poddar. Esta última ha sido transformada en el que probablemente sea el colegio más pintoresco del mundo. La haveli Uttarian es famosa por su fantasma. En ella, hasta el locutorio telefónico tiene frescos dignos de admiración. Pero la principal es el fuerte de Bala Qila, cuyo quiosco decorado con frescos es tal vez uno de los mejores ejemplos del arte de Shekhawati.

 

PARASRAMPURA: Vale la pena desplazarse hasta Parasrampura desde Nawalgarh, aunque sólo sea para ver el cenotafio de Shardul Singh, el octavo descendiente de Rao Shekha, fundador de Shekhawati. En el techo de su cúpula podemos observar algunos de los frescos más antiguos de la región, que se remontan al siglo XVIII y representan escenas del Ramayana y del Mahabharata.

 

DUNLOD: Dunlod, situada en la carretera que va de Nawalgarh a Mandawa, es famosa por sus dos impresionantes haveli Goenka y por sus chhatris, o cenotafios, pintados. Cuenta también con un pequeño fuerte que parece escocés por su estructura. En su interior hay un interesante Diwan Khana, o vestíbulo, de estilo mogol, con muebles Luis XIV y antiguos retratos de familia de los thakur (BARON) locales. El fuerte ha sido convertido en un hotel.

 

MANDAWA: Uno de los frescos más antiguos de Shekhawati se encuentra en el castillo de Shekhawati. El castillo es ahora un hotel. Antiguamente tenía un cañón y una puerta con estacas que servía de defensa contra los ataques con elefantes. Aquí, siguiendo la antigua tradición, todavía se marca el tiempo haciendo sonar un gong cada hora. Merece la pena visitar también las haveli Chokhani, Saraf y Goenka. En esta última es de destacar la habilidad con que están integradas las ventanas en el conjunto del edificio. En las haveli Mandalal y Newatia hay también algunos frescos con influencias británicas. En la primera, un inglés monta en bicicleta, pero el artista, que evidentemente no había visto nunca uno de esos artilugios, representa a su manera todos los detalles. En la segunda podemos ver a los hermanos Wright en una extraña máquina voladora.

 

JHUNJHUNU: Jhunjhunu es famosa por su Chhe Haveli («seis haveli»). Las haveli Tibdiwala y Modi son especialmente interesantes, en tanto que el enfoque artístico de Khatri Haveli es de una elegancia poco habitual. El templo de Rani Sati destaca por sus frescos de vivos colores y por sus curiosas esculturas de cemento.

 

FATEHPUR: Fatehpur cuenta con uno de los mayores grupos de haveli de esta región. Las haveli Devra, Singhania y Goenka son especialmente notables. Devra Haveli tiene un techo magníficamente pintado, con una amplia serie de retratos: desde un emperador mogol hasta un inglés con un perro. Goenka Haveli tiene una cámara pintada de manera muy elaborada. Destaca una curiosa pintura de Krishna montando un elefante que está compuesto, en realidad, por ocho doncellas. En los años veinte, las familias Jalan y Bhartia construyeron otras dos haveli muy peculiares. La de los Bhartia tiene azulejos japoneses y una decoración muy kitsch a base de espejos.

 

BAGGAR: Famosa por la gran puerta blanca que se construyó en 1928 para recibir al maharajá de Jaipur, Baggar es la única ciudad pintada de Shekhawati donde uno puede alojarse en una casa Marwari tradicional. Piramal Haveli ofrece una excelente cocina vegetariana y es un acogedor hotel con ocho habitaciones, de estilo colonial rajastaní. Baggar es la puerta de Shekhawati.

 

 

RAMGARH: Vale la pena visitar dos haveli, pertenecientes a las familias Poddar y Rui respectivamente. Hay aquí más ejemplos de esas divertidas pinturas que representan nuevos inventos mecánicos que los artistas no habían visto jamás, como por ejemplo un coche que tiene flores por ruedas. También son interesantes los chhatris (cenotafios) locales, y especialmente los frescos que hay alrededor de su entrada. Las escenas del Ramayana que observamos en Poddar Haveli son dignas de admiración.

 

MEHENSAR: Tal vez Mehensar sea una de las ciudades menos visitadas de Shekhawati, pero es sin duda una de las más gratificantes. Sone Chandi ki Haveli («mansión de oro y plata»), que perteneció a la familia de joyeros Poddar, posee los mejores frescos de todo Shekhawati. Los autores son, al parecer, los descendientes de aquellos que pintaron el espectacular Anup Mahal de Bikaner, y la semejanza es evidente. Hay que destacar el friso de la escena de la batalla, tan delicado como una miniatura.

 

LACHHMANGARH: El amplísimo Char Chowki Haveli («haveli de los cuatro patios»), perteneciente a la familia Ganeriwala, es probablemente la más suntuosa de Shekhawati. Rathi Haveli también es interesante. Echemos un vistazo, por ejemplo, al fresco de una mujer accionando un gramófono. El paseo desde el templo de Murlimanohar hasta Chokhani Haveli resulta de gran interés. Fíjese en la curiosa pintura que hay en una de las haveli y que representa aun europeo sujetando absurdamente un paraguas durante una ceremonia. En Lachhmangarh hay también un fuerte, encaramado en una colina, desde donde se tiene una espléndida vista de la ciudad y de la Char Chowki Haveli.

 

FRESCOS FAMOSOS: Los mejores frescos de Shekhawati se encuentran en la Sone Chandi ki Haveli de Mehensar. Estos frescos tienen la exquisita delicadeza de las miniaturas, y están embellecidos con lujosos dorados. En Shekhawati se usaban pigmentos naturales: azafrán para los naranjas, una especie de terracota para los rojos, antimonio para el negro, y añil para los azules. Los amarillos brillantes se obtenían de la orina de vacas que habían sido alimentadas exclusivamente con hojas de mango.

 

ANTIGÜEDADES: Ramgarh es uno de los mejores lugares para comprar antigüedades y réplicas en Shekhawati, especialmente en lo que se refiere a la artesanía en madera.

 

LO MISMO CONTADO POR LA WEB DEL MAHARAJÁ ACTUAL (DUEÑO Y GERENTE DEL HOTEL THE CASTLE Mandawa). También es el dueño de nuestro Desert Resort.

 

 

Dominando desde la zona mas alta de la ciudad de Mandawa hay un elegante fuerte  que atrae a los viajeros hacia sus portales. Guardianes uniformados inmensamente altos de largos bigotes y llevando espada dan la bienvenida a los visitantes.

Nada mas atravesar las puertas del Castle Mandawa se llega al gran patio de arena. Entonces te darás cuenta que se queda atrás todo rastro del presente y ¡se pasa a formar parte de una leyenda, o  de una fantasía!

Bastiones disuasorios para la guerra, cúpulas abuhardilladas, cañones heroicos, que miran hacia abajo sobre nosotros, como silenciosos y verdes guardianes que nos llevan a otro tiempo, las colas de las 'safas' naranja ondean al ritmo de la menor brisa. Todo ello está indicando que acabas de llegar al mas extraordinario destino en Shekhawati: El Hotel Castle Mandawa.

Esta fortaleza de hace 240 años ha sido convertida por la familia en un excelente ejemplo de hospitalidad tradicional.

Monturas paseándose en su interior en camello y caballo, transportan a los invitados mientras músicos tocan sus trompetas y tambores en nuestro honor ofreciéndonos la Real Bienvenida. En el  Castle, al penetrar en la veranda arqueada que se abre delante de nosotros, captaremos el relax, nos servirán exóticos refrescos o deambularemos bajo un altísimo techo por el 'Diwan Khana' (Darbar Hall), en donde las paredes están adornadas con antiguos retratos de la familia Mandawa, recuerdo de un pasado de reyes, rico y esplendoroso.

 

 LA LEYENDA DE SHEKHAWATI.

Sheka-wati se traduce literalmente como: “El jardín de Shekha”. Debe su nombre a Shekha, el hijo de Rao Mokul, quien reinó sobre el principado de Barwara en Amber desde 1430 a 1445.

Descorazonado porque ninguna de sus tres esposas era capaz de darle un hijo, Rao Mokul buscó la bendición de Sheikh Burhan, un fakir Musulmán, quién lo mandó a pastorear vacas para buscar las bendiciones de Gopinathji, manifestación de Lord Krishna.

Gopinathji fue la principal deidad a quién Madhavanandji Goswami, el gurú de Chaitanya Mahaprabhu  dirigió sus rezos. En 1433 nació su hijo. En gratitud, Mokul le llamó Shekha, luego Sheikh.

 Mandawa, un remoto feudo en el centro de la región de Shekhawati, fue un puesto de comercio en la Antigua ruta de caravanas que paraban aquí entre la China y Oriente Medio. Hoy en los libros de historia del mundo aparece Shekhawati como unos pueblos en los que se pueden ver coloridos frescos en casi cada sitio bajo el sol cuya temática varía de religiosa a erótica.

El mejor sitio, quizá, para descubrir el legado de Shekhewati, especialmente por su confort y por su belleza el Castle Mandawa, una fortaleza que ahora ha sido convertida en un hotel heritage de lujo.

 

 

 

 Desde el Castle Mandawa se puede hacer un tour a pie de las 'havelis' pintadas pertenecientes a algunas de las familias mas importantes en los negocios de la India. Aunque ya no viven aquí, los encargados locales de sus mantenimiento se muestran felices al enseñarlas a los visitantes de todo el mundo.

En ruta podemos comprar objetos artísticos coloreados y artesanía del Rajastán: telas confeccionadas y coloreadas, manufacturas de metal, artefactos de madera tallada y mucho mas.

Se puede tener también una experiencia única en la vida en el desierto visitando las aldeas vecinas en un safari en camello.

Lugares para visitar:

1.-Chowkhani Haveli. 2.-Gulab Rai Ladia Haveli. 3.-Lakshminarayan Ladia Haveli. 4.-Mohahanlal Saraf Haveli. 5.-Bhagchandika Haveli. 6.-Old Goenka Shops. 7.-Newtia Haveli (Bank). 8.-Chowkhani Double Haveli. 9.-Harlalka Well. 10.-Thakurji Temple. 11.-Murmuria Haveli. 12.-Goenka Double Haveli. 13.-Tanu Manu Saraf Haveli. 14.-Harlalka Chattri. 15.-Goenka Chattri. 16.Raj Well. 17.-Akhramka Haveli. 18.-Sonthalia Gate. 19.-Saraf Haveli.

 

 

 

VUELTA A ESPAÑA

 

HOME