En Osiyan lo primero con lo que nos chocamos de repente, antes que con el jainista fue con el templo de Surya* (el dios del sol con bigotito) y con la antigua cisterna. Luego paseamos por el pueblo hasta llegar al pié de la escalera del templo hinduista, que desde allí parecía en el cielo.

Se localiza a unos 50 m del templo de Mahavira. Shikhara, mandapa y pórtico se hallan en mal estado de conservación, ya que desde tiempo inmemorial no tiene culto. La maleza y las cabras campan por sus respetos, lo que hace que su encanto sea aún mayor. A escasos metros del templo también se puede observar una enorme y antigua cisterna con gran cantidad de escaleras. Servía para almacenar el agua de lluvia (fotos de la derecha y de la izquierda). Ahora está en desuso pues el pueblo ya tiene agua corriente.

La puerta del templo de Surya está decorada con un naga enrollado. En el arquitrabe hay una imagen de Garuda, el vehículo de Vishnu mitad hombre mitad pájaro, y nichos más pequeños con imágenes de Ganesha, Brahma, Vishnu, Shiva y Kubera y por encima un friso con un navagraha, representación simbólica de los nueve planetas.

Existe una gran cabeza sin cuerpo, que es Rahu, el demonio responsable de los eclipses de luna. Los nichos de la pared exterior del templo contienen imágenes de Surya y Ganesha; a los cuatro lados hay imágenes de Shiva en su aspecto terrible. Los protectores de los puntos cardinales y colaterales se hallan colocados en las direcciones correspondientes.